El dolor lumbar crónico es una afección localizada ente las costillas y los glúteos, aunque puede extenderse al dorso, la pelvis y las piernas. Ocho de cada diez personas experimentarán molestias en esta zona en algún momento de su vida, de acuerdo con el artículo Prevalencia del dolor lumbar en América Latina, publicado en pubmed.gov.

Este malestar tiene origen mecánico o en enfermedades inflamatorias. En el primer caso, es ocasionado a partir de contracturas musculares, desviaciones de la columna vertebral o escoliosis. En el segundo caso, se debe a artritis reumatoide, espondilitis anquilosante y a algunos tipos de cáncer.

“Ante la presencia de esta enfermedad, el desempeño laboral puede verse disminuido de manera notoria”, dice Fernando Hidalgo, traumatólogo ortopedista. El doctor Juan Sebastián de la Torre, cirujano de columna, indica que en Ecuador aproximadamente una de cada 1 000 personas abandona sus actividades laborales por dolor lumbar crónico.

“Esta afección puede llegar a provocar una gran incapacidad para realizar tareas cotidianas porque se produce en la columna vertebral, la que forma parte del esqueleto axial, en donde están contenidos todos los huesos del eje largo del cuerpo humano”, explica de la Torre.

El dolor lumbar crónico es la enfermedad mecánica más costosa, de acuerdo con Patricia Bonilla, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos. De hecho, en América Latina, se destina el equivalente al 2% del Producto Interno Bruto (PIB) a estos conceptos, según el artículo antes citado.

La cronificación de esta enfermedad, es decir, que se prolongue por más de tres meses, está asociada a factores ocupacionales como levantamiento y transporte de cargas pesadas, pasar mucho tiempo sentado, malas posturas, rotaciones del tronco inadecuadas, sedentarismo y estrés laboral.

Cerca del 15% del dolor lumbar se cronifica, por lo que el tratamiento oportuno y dirigido a la causa de la afección es fundamental, según Hidalgo. El especialista recomienda evitar la automedicación, pues puede conllevar efectos secundarios indeseados.

La pandemia ha aumentado la incidencia de esta enfermedad. De la Torre explica que la salud lumbar se ha visto afectada porque el confinamiento ha provocado que muchas personas suban de peso y dejen de hacer ejercicio.

Para evitar que este dolor se vuelva crónico, Bonilla recomienda llevar un estilo de vida sano, mantener una postura correcta, hacer pausas durante el día, cambiar de postura con frecuencia y mantener una postura recta al levantar y transportar peso. “Un tratamiento inadecuado puede contribuir con la cronificación del dolor, dificultado el movimiento y generando complicaciones graves para la salud”, agrega Bonilla.