La mollera de los bebés se une al crecer

Las fontanelas o zonas blandas de la cabeza necesitan un control y revisión adecuada en casa y con el médico para verificar que se sellen de forma correcta
En los controles pediátricos los expertos verifican el crecimiento normal del cerebro y identifican la unión de la fontanela. Foto: Freepik

En los controles pediátricos los expertos verifican el crecimiento normal del cerebro y identifican la unión de la fontanela. Foto: Freepik

11 de noviembre de 2022 15:20
Darla Arevalo

Las creencias populares han desarrollado mitos en torno a la mollera o fontanela de los bebés. Se estima que esta parte ubicada en la zona central superior de la cabeza ayuda a calmar el llanto, hipo o evita atragantamientos al soplarla. Sin embargo, estas acciones no cuentan con pruebas científicas.

Las fontanelas son espacios blandos que existen entre los huesos del cráneo que permiten el crecimiento adecuado del cerebro. Estas zonas facilitan la salida del bebé al momento del parto, pues al ser flexibles permiten una mejor adaptación de la cabeza durante el nacimiento.

El pediatra Ricardo Morales explica que las fotanelas se van cerrando según el crecimiemto de los niños. Existen dos molleras grandes. La primera es la posterior, se ubica en la parte trasera de la cabeza y se empieza a sellar durante los dos primeros meses y la anterior, localizada en la zona superior del cráneo, se sella entre los 9 a 18 meses y en algunos casos hasta los 2 años de los niños.

Se creería que por ser una zona blanda, las molleras necesitan un mayor cuidado, pero no es así. El especialista indica que la protección debe ser dirigida para todo el cráneo durante los dos primeros años que es más delicado. Los traumatismos por golpes o caídas generadas desde pequeñas alturas durante este periodo de tiempo generan con más frecuencia posibles hundimientos o fracturas en el cráneo.

Isabel, madre de Valentina, de 6 meses, recuerda que ella tenía mucho miedo de tocar la cabeza de su hija al momento de bañarla, cambiarla de ropa o peinarla porque sus familiares le recomendaron no tocar la mollera para que no se hunda. También, le aconsejaron proteger esa zona con gorras, cobijas o pañuelos para evitar los golpes de frío dentro y fuera del hogar y posibles enfermedades virales (gripe, resfriados).

Ella acudió al control de su hija después de un mes del nacimiento y consultó con el médico sobre las recomendaciones que le dieron. El doctor le indicó que tocar las fontanelas no causa un daño en la cabeza de los niños, pues en cada control y chequeo pediátrico se examina el cierre de las mismas según el crecimiento de los recién nacidos. De igual forma, le explicó que esta zona no alberga golpes de frío ni produce enfermedades.

Así se cuida el cráneo

El  pediatra recomienda mantener un cuidado especial con el cráneo de los bebés. Al salir en el auto con los niños se debe priorizar el uso de sillas adecuadas para evitar traumatismos ante un posible siniestro de tránsito.

En el hogar evitar que los niños jueguen en lugares de una altura considerable que provoque golpes. Revisar y elevar objetos pesados, por ejemplo, lámparas, libros o adornos que puedan caer sobre la cabeza de los niños y fracturar los huesos.

El cierre de las fontanelas debe ser monitoreado en casa y en los chequeos. Cuando estas zonas se sellan antes del primer mes en el caso de la posterior y 9 meses en la anterior puede generar un mal desarrollo en el crecimiento cerebral que ocasiona retrasos en las capacidades motoras y cognitivas.

Finalmente, acudir a chequeos periódicos con el pediatra para verificar los cambios y crecimiento de los niños con las revisiones físicas. 


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