La obesidad infantil trunca el crecimiento

El sobrepeso en los niños afecta el desarrollo físico y emocional de los menores. La alimentación adecuada y actividad física diaria son primordiales.
Cuando un niño tiene sobrepeso u obesidad, los problemas pueden evidenciarse en la preadolescencia comprendida entre los 9 y 13 años. Su madurez sexual se acelera. Foto: Freepik

Cuando un niño tiene sobrepeso u obesidad, los problemas pueden evidenciarse en la preadolescencia comprendida entre los 9 y 13 años. Su madurez sexual se acelera. Foto: Freepik

28 de marzo de 2022 08:00

Cuando Isabela G. tenía 8 años sufrió obesidad. Hoy, a sus 16 años, recuerda que unos 20 kilos de más le impedían tener una niñez normal. Cuando cumplió 10 años llegó su primera menstruación y esto alertó a sus padres. En consulta médica les indicaron que el sobrepeso había provocado un desorden hormonal que hizo que el período menstrual llegara antes.

Isabela tuvo que iniciar un tratamiento nutricional y psicológico y realizar actividad física diaria. Le tomó poco más de un año, adquirir un peso saludable, cuenta la adolescente.

Karina Aguirre, endocrinóloga, explica que muchas veces la obesidad en los niños se predispone desde el vientre de la madre. La alimentación de la progenitora, el estilo de vida que llevó en el embarazo; si el bebé recibió leche materna o leche de fórmula al nacer, determinan un ambiente proclive a que los menores desarrollen enfermedades metabólicas como la obesidad.

Aguirre explica que el incremento de grasa en los niños produce que el páncreas genere más insulina y con ello se estimulen factores de crecimiento que adelantan su madurez.

La maduración precoz se produce a nivel óseo y sexual y esto es un problema, explica la experta. Mientras sus cuerpos dan pasos acelerados, no ocurre lo mismo con la madurez psicológica, lo que genera un impacto emocional, especialmente en las niñas.

El adelanto en los procesos de maduración implica que se trunque el crecimiento de las niñas. Cuando el desarrollo óseo no es muy avanzado, los especialistas pueden detener la pubertad, por máximo dos años, con medicación y así permitir que el menor adquiera hábitos saludables. Luego se retira el tratamiento y se deja que el desarrollo continúe.

Además, los niños que tuvieron sobrepeso u obesidad, en el futuro, tienen probabilidades de desarrollar otros problemas metabólicos como diabetes, hipertensión, alteraciones en el colesterol y triglicéridos o enfermedades cardiovasculares.

Yedid Valcárcel, nutricionista especializada en obesidad, explica que la alimentación saludable se debe propiciar en familia para que el niño aprenda con el ejemplo. Los menores deben comer porciones controladas: una mitad de vegetales, proteína del tamaño del puño del niño y un cuarto de carbohidratos. Se debe evitar los fritos, las bebidas azucaradas, los alimentos procesados. Hay que disminuir el sedentarismo y hacer actividad física diaria. 

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