La práctica de natación fortalece las extremidades del cuerpo, además ayuda al desarrollo y crecimiento óseo y muscular. Este deporte permite controlar los problemas en la espalda y cardiovasculares.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la natación debe ser practicada a partir de los cinco años con rutinas diarias de una hora, apuntan que esta práctica fomenta la seguridad de los niños con el agua, ayuda a controlar la respiración, expandir los músculos del tren superior e inferior, además de proporcionar flexibilidad al cuerpo.

Entre los beneficios de esta práctica esta la quema de calorías ayuda a bajar de peso, es un ejercicio aeróbico que permite controlar la respiración con cada movimiento, actúa como relajante e incentiva la coordinación y concentración, fortalece y estimula la rehabilitación de lesiones espaldares, tobillos y rodillas.

Los expertos recomiendan que este ejercicio en niños debe ser controlado para la prevención de enfermedades producidas por el contacto constante con el agua, los tapones de oídos y gorros son los implemento que deben usar los menores. La limpieza del oído debe ser diaria evitando introducir hisopos y algodón a la cavidad auditiva, esto evitará las inflamaciones e infecciones.

Los niños deben empezar con pequeños acercamientos al agua en jacuzzis y tinas, conforme al desarrollo infantil pueden empezar con piscinas y natación en mar o lagos. Es necesario que se mantenga una supervisión de los padres o instructores del deporte evitando accidentes.

La natación en adultos mayores fomentará el movimiento de las extremidades, funciona como terapia física para evitar el sedentarismo y deterioro muscular. Las actividades enfocadas para estas personas son: bailoterapia acuática, camita, brazadas y estilos suaves que mejoren las tensiones y molestias musculares.