El crecimiento físico de una persona forma parte de la buena salud desde el momento que nace hasta la adolescencia. En este proceso los músculos, tejidos y huesos alcanzan un desarrollo adecuado según las edades de los pacientes, sin embargo, en algunos casos se retrasa.

Josué, de 4 años, fue diagnosticado con talla baja. Marianela, madre del paciente, comenta que empezó a notar ciertos indicadores en el desarrollo de su hijo que no eran normales. Desde los primeros meses la estatura del niño era pequeña, en los controles con el pediatra se identificaron desbalances en las curvas de crecimiento.

El menor fue sometido a una serie de exámenes para encontrar las causas de su baja talla. Los resultados mostraron que no tenía enfermedades previas, por ejemplo diabetes o cardiopatías, que tienden a generar un mayor riesgo de un retraso en el crecimiento.

Tras varios estudios, se identificó que la causa de esta condición fue un déficit en la hormona del crecimiento. Los médicos especialistas recomendaron que se aplique una dosis de la hormona de forma subcutánea hasta que el paciente alcance un adecuado desarrollo en la adolescencia.

Carlos Solís Sánchez, endocrinólogo clínico y presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Endocrinología, explica que la baja talla no solo se asocia al déficit de la hormona del crecimiento sino que esta también aparece por otras causas como: trastornos genéticos, problemas de funciones renales, hepáticas, retardo en el crecimiento dentro del útero e hipotiroidismo.

Así se presenta la talla baja en las personas
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La talla baja se asocia con patologías, sin embargo, también es hereditaria. Yokasta Rivadeneira Mendoza, endocrinóloga, explica que parte de la herencia genética de los padres hacia los hijos es la estatura, es decir, que si los dos progenitores son de estatura pequeña su descendencia también lo será.

La baja estatura de las personas pasa desapercibida en las familias, pues los integrantes del núcleo familiar lo consideran normal. La experta indica que al no tener un adecuado seguimiento del proceso de crecimiento la forma para tener un diagnóstico y un tratamiento es tardío, pues los indicadores son percibidos a fines de la adolescencia, cuando el cuerpo ya ha terminando el desarrollo físico; es decir, que al colocar la hormona de crecimiento esta no tiene la misma función.

Durante la etapa adolescente, primera infancia y lactancia la forma para diagnosticar es igual. Se inicia con la revisión de las curvas de crecimiento y se realiza una comparación a la estatura ideal que deben tener las personas de la misma edad. Para ver el desarrollo de los huesos, se realiza una radiografía de la edad ósea, revisiones físicas y se practica una resonancia magnética cerebral para ver el desarrollo de la glándula hipófisis encargada de la producción de la hormona del crecimiento.

Adicional, los pacientes se someten a una serie de exámenes de sangre para verificar posibles alteraciones en el organismo, como anemia o alteraciones hepáticas.

La talla baja se trata según su causa. Al tener el diagnóstico de un padecimiento previo el especialista mejora los síntomas de la enfermedad con medicina especial. Los pacientes sometidos al uso de la hormona del crecimiento alcanzan una estatura que les permita desarrollar las actividades cotidianas.