Tener una alimentación sana y equilibrada para evitar problemas de salud es una práctica que debe empezar en la infancia. Con esto en mente el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) emitió nuevas guías destinadas a mejorar la salud de los norteamericanos. Estas instrucciones también son avaladas y aplicadas por organismos de todo el mundo.

Por primera vez, las guías incluyeron información relevante para la nutrición de bebés y niños pequeños. La organización alerta a los padres para evitar en el futuro problemas como diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer, deterioro dental, anemia, osteoporosis, entre otros problemas asociados a la mala alimentación.

Entre las recomendaciones generales está alimentar a los bebés con leche materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Pero la lactancia no exclusiva se puede extender hasta los dos años. Cuando empieza el proceso de comer sólidos, los especialistas piden a los padres incorporar alimentos sanos y naturales.

Por otro lado, los pediatras son enfáticos en asegurar que los niños no deberían ingerir ningún producto que contenga azúcar o se le haya añadido azúcar. “Se recomienda que los niños tengan una dieta de cero azúcar hasta los dos años de edad”, indica el reporte. Esto se debe a que no tiene ningún valor nutricional y son calorías vacías. Por otro lado, el hábito de comer azúcar es uno de los más difíciles de eliminar.

Así, los niños deberían tener en su menú una gran cantidad de vegetales, frutas, granos, proteínas, lácteos y grasas saludables. Las grasas saturadas y azúcar no deben superar el 10% de sus calorías diarias. El consumo de sodio también debe limitarse en las preparaciones.