Es un sábado por la mañana y en la casa familiar de Djorkaeff Reasco, en Quito, ya se empieza a percibir en la sala el aroma de lo que se está preparando en la cocina. Pasado el mediodía juega la Selección un partido amistoso contra Irak, en el estadio Metropolitano de Madrid, y en el hogar del delantero empiezan los preparativos para ver el partido.

En el preámbulo del Mundial de Catar 2022, el primero para el jugador de 23 años, vuelven los recuerdos de cómo vivieron la Copa América celebrada en 2020. Sacaban los colchones y las almohadas a la sala y se acostaban todos juntos a ver los partidos de Ecuador. No podían faltar las empanadas y otros manjares que cocinaban especialmente para la ocasión.

“Cada gol lo festejábamos a morir, con euforia, hasta saltábamos... Es un apoyo incondicional el de nosotros como familia hacia él porque sabemos todo el esfuerzo que él ha hecho. Por eso gritamos los goles con el alma”, expresa Germania González, la mamá de Djorkaeff.

Ella y Kerly Galeth, la novia del delantero, viajaron a Catar para acompañarlo y seguir los partidos de la Selección. Desde casa lo alientan primas, primos, hermanos, tías, tíos y demás familiares.

Llegar al Mundial es un sueño cumplido para ‘Djorka’, como le dicen de cariño. Fue una de las metas que se planteó para este año. La oportunidad que tiene de jugar ahora en las canchas cataríes es el resultado de su perseverancia, de la confianza que tuvo en él Gustavo Alfaro y del apoyo del grupo de jugadores que conforman la Selección, aseguran desde su círculo cercano.

El camino para llegar a la Copa ha sido largo y complicado, dicen su mamá y su novia. Se ha preparado bastante para participar, con todo lo que implica, en este evento deportivo y llegar en las condiciones idóneas. Desde sesiones con un psicólogo y preparadores físicos hasta un cuidado estricto de su alimentación. “Ha estado 100% enfocado. En estos últimos años ese ha sido su principal objetivo”, afirma su pareja Kerly.

Es un logro especial para el jugador y su familia porque se perdió de conformar la Selección Sub 20 para participar en la pasada edición del Mundial. Dos lesiones lo sacaron de esa convocatoria y hasta estuvieron a punto de truncar su carrera profesional. “Los expertos decían que era difícil que saliera adelante”, señala Germania. Pero Djorkaeff lo consiguió y su mamá solo puede pensar en que es un “milagro” y una muestra de su enorme tesón.

Cuenta Germania que a los 15 días de nacidos ya fue al estadio por primera vez. Además el único juguete que le interesaba era el balón. La carrera futbolística del joven delantero empezó con sus entrenamientos, a los 6 años, en las escuelas de Liga. De ese momento en adelante su amor por el deporte solo creció cada vez más.

Más allá del fútbol y de la Selección, Djorkaeff es un joven alegre que saca lo positivo de todas las cosas y de las personas, mencionan sus primas Anny y Paola González. “Nosotros siempre estamos pendientes de él y él de nosotros”, dice orgullosa Anny.

El jugador combina sus dos facetas. Por un lado, es quien cuando escucha música no puede evitar ponerse a bailar y, por el otro, es muy centrado y disciplinado. Son dos características que le han valido un pase al Mundial y poder regalar esta alegría a su familia. 

Más sobre Djorkaeff

Inicios. Empezó su carrera entrenando desde los 6 años en las escuelas de Liga. Después entre los 9 y 10 años pasó a las formativas y un par de años más tarde ya se consagraba como el goleador de la categoría Sub 12-14.

Debut. Uno de sus principales sueños era debutar en primera división, lo hizo bajo el mando de Álex Aguinaga (cuando el exfutbolista era DT de Liga) el 12 de noviembre de 2016. En enero de 2020 fue cedido a préstamo a los Dorados de Sinaloa. Ahora juega en el Newell’s Old Boys de Argentina.

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