Exposición por los 400 años del nacimiento de Mariana de Jesús

El Museo del Carmen Alto abrió una exposición sobre la vida de la santa en Quito durante el siglo XVII
En una de las salas están exhibidos cuadros del pintor ecuatoriano Víctor Mideros. Foto: Julio Estrella / Familia

En una de las salas están exhibidos cuadros del pintor ecuatoriano Víctor Mideros. Foto: Julio Estrella / Familia

12 de noviembre de 2018 11:28
Gabriela Castellanos

Lo que se conoce de la vida de Mariana de Jesús Paredes y Flores se ha logrado recabar gracias al testimonio de quienes la conocieron. Su círculo más íntimo fue testigo de su devoción y religiosidad. Pero la vida de la primera santa ecuatoriana permite también conocer el palpitar del Quito del siglo XVII.

Ese es el objetivo de la muestra ‘Mariana de Jesús: 400 años’, que se exhibe en el Museo del Carmen Alto al cumplirse cuatro siglos de su nacimiento. La exposición temporal recoge obras del Museo Alberto Mena Caamaño, Museo del Carmen Alto y una colección privada de Matías Abraham, distribuidas en dos salas.

En una de estas el visitante se puede encontrar con la faceta más íntima de la beata, una mujer que consagró su vida a Dios en el recogimiento de su propia casa. Tras quedar huérfana a temprana edad, su familia vio en ella una devoción especial. Su cuñado y su hermana mayor le dieron una habitación separada del resto; desde allí rezaba y se mortificaba en un intento por conectar su dolor con la Pasión de Cristo.

Las obras también revelan la cotidianidad de la ciudad durante la época en la que nació y vivió la santa. Ximena Endara, coordinadora del museo, contó que la economía era muy frágil en el siglo XVII. “Dependía mucho de los textiles y la gente vivía de lo que se podía producir en las haciendas y comercializar”. Esta inestabilidad, sumada a la llegada de nuevas enfermedades y los problemas ocasionados por catástrofes naturales, generó un momento social y político complejo.

La respuesta de la sociedad quiteña era acudir a la religión. En esa época, las autoridades llamaban a los habitantes a salir en procesión para pedir que se detengan estos episodios.

En ese entonces, la Real Audiencia de Quito estaba marcada por una estructura social jerarquizada. Españoles, criollos, mestizos, indígenas, mulatos y afrodescendientes ocupaban distintos lugares en el orden social. Mariana de Jesús pertenecía a una familia acomodada y, aunque nunca pudo ingresar a la vida conventual, esto no le impidió obtener una formación religiosa. Aprendió de los franciscanos y los jesuitas, quienes impulsaron el proceso de beatificación tras de su muerte.

A ella se le atribuyen varios milagros, como el don de predecir el futuro. De hecho, se dice que ella había anunciado que moriría un 26 de mayo, como en efecto ocurrió.

En 1945, la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador le otorgó el título de Heroína de la Patria, por su sacrificio personal para el cese de los terremotos. Su existencia fue tomada por los conservadores como un ejemplo de cómo debería ser la vida de las mujeres.

La muestra estará abierta hasta marzo del 2019, de martes a domingo, de 09:30 a 16:30. El próximo 16 de noviembre habrá una conferencia sobre la iconografía de la santa.

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