Mujeres Ainu luchan contra el olvido

Una obra de videoarte visibiliza las experiencias de una cultura japonesa que intenta sobrevivir al tiempo
Screnshoot 'Requiem for Ainu and kamuy'

En el Bosque nublado de Hokkaido, una mujer ainu efectúa un ritual con cuencos de madera.

28 de enero de 2022 17:16

En medio de un bosque cinco mujeres se resisten al olvido. Tienen rasgos asiáticos y usan capas que, en algunos casos, les llegan hasta los pies. Son tan largas sus ropas que hacen contacto con las hojas secas dispersas en el suelo y las mueven.

Como el silencio reina, el crujir producido con cada paso se une solo a los silbidos de aves. Son pisadas seguras, en terrenos conocidos.

Hay una conexión con el lugar. El grupo de mujeres pertenece a la etnia Ainu y forma parte del elenco de ‘Requiem for Ainu and Kamuy’ (‘Réquiem para ainu y sus dioses’), una obra de videoarte. “Nuestros ancestros vivieron aquí durante generaciones”, afirma una de ellas a la cámara en las inmediaciones del bosque nevado de Hokkaido, isla del norte del archipiélago japonés.

Son Ryoko Tahara, presidenta de la Asociación de Mujeres Ainu (Menoko Mosmos, en ainu) junto a Tsugumi Matsudaira, Kimiko Naraki, Kyoko Kagaya y Yoshiko Saito, todas de origen ainu y descendientes de un pueblo cuya historia cambió a partir de 1899 con la asimilación promovida por el gobierno nipón.

El objetivo del documental es reivindicar los orígenes, la herencia e historia de ese pueblo originario que ha sido marcado por la invisibilización. Especialistas afirman que ellos habitaron el archipiélago japonés desde la era Jomon (11, 000 – 600 a. C.), aunque no se sabe con certidumbre su origen.

Así lo reseña el Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África en la página http://pueaa.unam.mx/. “Todavía estamos aquí”, afirman las cinco mujeres ainu en la obra que visibiliza a través de la experiencia de estas mujeres indígenas la historia de colonización y aculturación sufrida.

En los 40 minutos que dura la cinta se evidencia la búsqueda de los orígenes familiares de las ainu frente a la discriminación, la convivencia con la naturaleza en el territorio original, las heridas causadas por la asimilación de las normas impuestas por el gobierno, la desaparición de prácticas culturales como los labios tatuados y la dicotomía entre una herencia escondida y la modernidad.

Según la ABC, el pueblo indígena se dedica a la caza con arco y flechas envenenadas. Tienen una alimentación basada en la carne de venado, oso, zorro, lobo, tejón, buey y caballo, así como en pescado, mijo, frutas, verduras, hierbas y raíces.

Aunque una publicación de EqualTimes.org. señala que les prohibieron cazar y pescar. Habita en chozas techadas con cañas que pueden alcanzar los 7 metros de altura. No tienen habitaciones y en el centro del hogar disponen de un lugar para el fuego.

Nadie sabe exactamente cuantos ainu existen, dice EqualTimes.org. La cifra oficial en Hokkaido era de 13 000 en 2017, pero, agrega el portal, es un dato que deja fuera a los miles de ainu residentes en Tokio o alrededores.

La obra, que pone a la mujer ainu en el centro de la reivindicación, cuenta con la colaboración de la compañía teatral polaca Amareya, bajo la dirección de Katarzyna Pastuszak y Natalia Chylinska, y diversas artistas que desde Europa se unen para visibilizar las voces femeninas.

De esa forma, luchan para que sus saberes ancestrales no se pierdan en el tiempo, pero tampoco se conviertan en mercancía para el intercambio comercial o para fomentar el turismo.

El proyecto es el resultado de un largo proceso que arrancó en 2017 y ha ido salvando las distancias, incluida la pandemia. Cuenta con la cámara del documentalista nipón Tomoaki Fujino y el experto Hiroshi Maruyama de Cemipos (Centro para el Estudio del Medio ambiente y las Minorías).

La obra estará disponible online hasta el 10 de enero de 2022 en la platafaforma de YouTube y Facebook de Amareya Theatre & Guests y forma parte del programa Cultural Bridges del Instituto Adam Mickiewicz. F

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