Según la tradición católica, el primer pesebre fue construido en Nápoles por San Francisco de Asís en 1923. Su objetivo era hacer más comprensible el milagro del nacimiento de Jesús. Esta práctica se popularizó y llegó a todo el planeta.

En Quito los pesebres son influenciados por dos estilos tradicionales: español y napolitano. Poco a poco fueron adaptándose a los nuevos lugares. La idea es que cada pesebre represente, además de los textos bíblicos asociados a la anunciación y posterior nacimiento de Cristo, la realidad de cada lugar.

Precisamente eso es lo que busca el Pesebre Carmelita que se exhibe en el Museo del Carmen Alto. El montaje incluye alrededor de 200 piezas de los siglos XVIII y XIX.
Todas pasan por un delicado proceso de conservación preventiva, con el fin de mantener su estado y reducir los daños ocasionados por el paso del tiempo. Para asegurar su cuidado se realizan controles de temperatura y humedad en las salas en las que se exhiben las esculturas y pinturas.

Ximena Endara, coordinadora del museo, cuenta que las hermanas de la orden mantienen la costumbre de armar el pesebre desde la creación del monasterio. “Ellas han confeccionado muchos de los trajes que utilizan los personajes”, explica.

Las piezas pertenecen a trabajos realizados en los siglos XVIII y XIX por diferentes artistas, muchos de ellos son anónimos. Foto: Galo Paguay / Familia

Por otro lado, la exposición se renueva cada año. Las temáticas varían. Este 2018 se quiso reflejar la diversidad en la sociedad quiteña. Por ello no es extraño encontrarse personajes como indígenas, yumbos, mestizos y afrodescendientes.

Estas figuras complementan algunas de las escenas más conocidas del Nacimiento. Los visitantes podrán observar representaciones de varios pasajes, algunos del Antiguo Testamento. Se pueden observar esculturas de Adán y Eva en el paraíso, la anunciación a María, la matanza de los inocentes, la huida de María, Jesús y José a Egipto, la carpintería que desarrollaba José y los pastores y reyes magos que van a visitar al Niño Jesús.

El montaje del pesebre duró tres semanas y estará abierto al público hasta el próximo 20 de enero. El pesebre se puede visitar de miércoles a domingo, desde las 09:30 hasta las 17:30. El último ingreso es a las 16:00.

En el lugar hay mediadores que pueden facilitar explicaciones sobre las figuras, la historia del Monasterio, el pesebre y la Orden de las Carmelitas Descalzas. También se realizarán recorridos guiados.