Raúl Adatti, el mago que forma corazones

El quiteño hace juegos de manos y de cartas, pero en sus espectáculos convierte las emociones del público en su acto final
El mago cursó las carreras de Economía y Marketing pero se decidió por la magia y fortaleció sus trucos con cursos internacionales. Foto: Patricio Terán / Familia

El mago cursó las carreras de Economía y Marketing pero se decidió por la magia y fortaleció sus trucos con cursos internacionales. Foto: Patricio Terán / Familia

22 de abril de 2022 15:14
Darla Arevalo

Antes de salir al escenario, los nervios y la energía invaden el cuerpo de Raúl Adatti, un mago e ilusionista quiteño de 36 años.

Tras el telón del teatro del CCI en Quito escucha la llegada de los espectadores y mira por un espacio casi imperceptible que hay entre las paredes y las grandes cortinas cómo se van llenando las butacas con parejas, familias y amigos.

El espacio se inunda con una canción instrumental que avisa a los espectadores que el show empezará. Los telones se abren y ahí está Adatti, mirando fijamente a su público y moviendo sus piernas, brazos y cabeza al son de la música.

Los aplausos empiezan y la magia también. “Siento un golpe de energía al estar en el escenario”, dice. Primero hace juegos con sus manos para llamar la atención del público. Con un aplauso y un chasquido de dedos aparece una botella de vino.

Poco después invita a los espectadores a ser parte del espectáculo con dinámicas. Les pide sostener la bebida y otros implementos y los convierte en sus ayudantes en el escenario.

Los minutos siguen corriendo y la ilusión también. Llegan las tradicionales cartas y las monedas para hacer reír al público y dejarlo impactado con los trucos.

Raúl Adatti se inició en el mundo de la magia e ilusión a los 18 años. Foto: Patricio Terán / Familia

Raúl Adatti se inició en el mundo de la magia e ilusión a los 18 años. Foto: Patricio Terán / Familia


Magia con emociones

Adatti convierte al espacio en un lugar íntimo para expresar las emociones y las situaciones personales del público y transformarlos en otra parte de su show. Comparte con el público los efectos de la magia en su vida y destaca aspectos personales para crear un ambiente de confianza.

Las carcajadas se pausan por un momento y el silencio se hace presente para un nuevo truco. “No soy solo un mago que hace reír, soy uno que hace sentir”, explica. Se acerca de nuevo a la gente. Su escenario ya no está sobre la tarima, sino que se extiende hasta las sillas donde están los asistentes.

En sus manos lleva unos corazones rojos de papel y escoge una persona al azar. Se le acerca y le pregunta si le han roto el corazón. El espectador responde afirmativamente y el mago también. La historia del romance fallido de Adatti entretiene a los asistentes mientras él rompe las figuras de papel.

Los pedazos permanecen en sus manos y pide a la persona con la que interactúa que coloque la de ella sobre los fragmentos. Adatti se toma unos segundos para reflexionar sobre la superación de las rupturas amorosas y la posible cura mientras chasquea sus dedos.

Poco a poco, los dos abren las manos y mágicamente un nuevo corazón se vuelve a formar. Él entrega el corazón y se despide entre aplausos. El acto forma parte del show ‘Cantina, circo y música en movimiento’, cuya última función es hoy a las 18:00. 

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