Regalar experiencias alimenta el corazón

Esta familia comparte la creatividad de su nieto al dibujar y obsequiárselo a sus abuelitas en Navidad. Foto: Julio Estrella/ Familia

Esta familia comparte la creatividad de su nieto al dibujar y obsequiárselo a sus abuelitas en Navidad. Foto: Julio Estrella/ Familia

27 de diciembre de 2021 19:34

Martín es un niño de cinco años que hace dibujos con acuarelas. Sus obras terminadas son regalos para sus abuelas. Esos ‘atacazos artísticos’ son la mejor de las experiencias para sus padres.

En Navidad todos juntos ven películas de la fecha. Con esas y otras actividades buscan que el pequeño entienda el valor que tiene compartir en familia en la temporada. César Ríos, su padre, lo explica. Para Martín, tal vez el regalo ideal en Navidad sea un curso de pintura para desarrollar más la habilidad que ha mostrado.

Estos obsequios intangibles buscan crear experiencias. El paso de los años deja en las personas momentos importantes de su vida junto a los seres que ama. Los objetos materiales pueden aburrir, dañarse o desaparecer, un recuerdo especial no. Mario Albán, psicólogo clínico, señala que “a través de las experiencias se pone en juego la subjetividad de las personas y el compartir momentos. Sin experiencias se crea una persona indolente con los demás que no se va a preocupar por lo que le sucede a otros”.

Vivir momentos especiales también es fundamental para los adultos. Alicia Águila, por ejemplo, conocerá a su nueva nieta en diciembre de 2021. Nació hace seis meses y es parte de la familia de su hijo que vive en Alemania. Debido a la distancia solo la ha visto por fotos. Su otro nieto también la visitará en Navidad. Llegará desde Quito con sus padres para que pasen la temporada todos juntos. Se reunirán en el cantón San José de Chimbo, en la provincia Bolívar. La huella de este reencuentro quedará por siempre en sus memorias.

Daniela Sarmiento, una madre quiteña, acostumbra hacer una pausa en estas fechas para enseñarle a su hijo Mateo de 5 años el valor de la generosidad. Cada año recolectan ropa usada y juguetes para dejar en albergues de Quito. Mateo se esmera con la entrega y escoge las prendas con cuidado.

También es tradición que hagan galletas. El ‘minichef’ coloca los ingredientes sobre la mesa con ayuda y empiezan a mezclar. Al finalizar la preparación, las decora y las guarda en fundas para obsequiarlas junto con la ropa y los juguetes. Dice Mateo que su corazón se llena de alegría cuando ve que otros niños juegan con lo que a él le hizo feliz en algún momento. “Un niño que crece en un hogar donde se transmiten estos valores lo va a replicar a lo largo de su vida”, señala la psicóloga infantil Mariana Encalada

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