Solamente una persona demasiado ensimismada y aislada sería incapaz de reconocer el rostro del actor estadounidense Will Smith. No cualquiera ha sido protagonista de cinco filmes que han recaudado más de USD 500 millones cada una. Sus cifras en la taquilla permiten a Forbes considerarlo el actor más financiable del mundo, a pesar de que existe uno que otro traspié, como la película ‘After Earth’, del 2013, que apenas recaudó la mitad del costo de producción.

Will Smith, para este año, interpreta al genio de la lámpara de ‘Aladdin’, un ‘remake’ del entrañable filme de animación de Disney (1992). En esa cinta, dirigida por Ron Clements y John Musker, todo funcionaba maravillosamente bien y fue un éxito monumental: costó USD 50 millones ¡y recaudó 504 millones! Parte de ese triunfo se debió a que Robin Williams se encargó de la voz del genio.

Se trata de todo un reto para Will Smith, pues una cosa es prestar la voz y otra actuar. Y el público que disfrutó en inglés de ‘Aladdin’ amó al genio. La nueva versión se estrenará la próxima semana y se verá si Will Smith, que es el actor con más peso del elenco, logra convencer a los fanáticos. Aunque hay un punto a su favor: Will Smith también es cantante, así que los números musicales no son ningún desafío.

Este actor, hijo de un mecánico de refrigeradores y una administradora, en realidad comenzó su carrera artística en un trío juvenil de rap, DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince. Tuvo un éxito que le valió un Grammy. Pero, joven al fin, Will Smith no administró sus finanzas con prolijidad y acabó quebrado tras una demanda del Fisco. La fortuna le sonrió porque, en 1990, fue contratado para ser el protagonista de ‘The Fresh Prince of Bel-Air’, que en Ecuador se vio con el título de ‘El príncipe del rap’. El personaje principal también se llamaba Will Smith, porque prácticamente era él mismo: divertido, despreocupado y de respuestas rápidas.
El éxito de esta comedia, que alcanzó las seis temporadas, convirtió a Will Smith en una personalidad y decidió que, aunque la música seguiría siendo parte de su vida (y de hecho, su carrera de solista no es desdeñable), la actuación se convertiría en su prioridad profesional.

Un papel decisivo fue el del capitán Steven Hiller en ‘Independence Day’ (1996). Este híbrido de ciencia ficción y aventura sobre una invasión extraterrestre fue una bomba en la caja registradora, con USD 817 millones. Las ofertas de trabajo llovieron para Will Smith, que aceptó participar en filmes que hoy son emblemáticos del cine comercial, como ‘Men in Black’, ‘Bad Boys’, ‘I, Robot’ y la comedia romántica ‘Hitch’. Ha sido clave su versatilidad para los diferentes registros de la comedia y que tampoco desen­tona con el drama.

Como dijimos, también hubo errores. La película ‘Wild Wild West’ no funcionó y rechazó interpretar a Neo, el protagonista de ‘The Matrix’, una cinta que influyó en la cultura popular de inicios del siglo XXI.

Con todo, la lista de hits de Will Smith es abrumadora y solo Dwayne ‘The Rock’ Johnson y Johnny Depp, por ejemplo, exhiben un catálogo de cintas exitosas que sea comparable, tanto en taquilla como en la cultura de masas. Su gran pendiente es ganar un premio importante en actuación. Dos veces fue nominado al Oscar y tres al Globo de Oro.

La vida privada también es objeto de atención por parte de la prensa y el público. Se comenta mucho la estabilidad de su matrimonio con la actriz Jada Pinkett, con quien se casó en 1997 y tiene dos hijos, Jaden y Willow. Ambos han actuado junto a su padre en algunas películas. Pero el actor en realidad aprendió del fracaso de su primer matrimonio con Sheree Zampino, con quien se casó en 1992 y se divorció en 1995. Y quizás eso explica su magia en todos estos años, la de aprender y seguir sonriendo.