La cata casera de café despierta sensaciones 

Los fanáticos de la bebida caliente podrán degustar los diferentes
sabores y olores de los granos de forma sólida y líquida
Los granos de café se pesan hasta conseguir los 11 gramos y se procede a molerlos o se usa el café ya molido. FOTO: Enrique Pesantes / FAMILIA

Los granos de café se pesan hasta conseguir los 11 gramos y se procede a molerlos o se usa el café ya molido. FOTO: Enrique Pesantes / FAMILIA

11 de noviembre de 2022 15:57
Darla Arevalo

Los fines de semana y los feriados son adecuados para poner en práctica la cata casera de café. Este proceso se realiza de forma profesional, para verificar la calidad de los productos que llegaran a los hogares, Pero en los últimos años se ha adaptado para crear experiencias sensoriales y así disfrutar con familia y amigos.

Las catas de café en casa son aptas para todos los amantes de la bebida caliente. En el proceso, los participantes podrán degustar diferentes tipos de café y dar su opinión sobre los diferentes olores y sabores.

Denisse Bustamant
e -catadora profesional de café, consultora, educadora, productora, directora de procesos y calidades y cocreadora de dos marcas de café- explica que la adaptación de este proceso se ha convertido en una actividad lúdica, para entrenar a las personas desde niveles principiantes.

La idea de esta experiencia es reconocer la textura, dulzura y acidez de los tipos de café.

Paso a paso para la cata

Para la cata se utilizan objetos que ya tenemos en casa. Necesitamos de cinco a seis tazas del mismo tamaño, portavasos o tapas para las tazas, bandejas, servilletas, agua caliente, cucharas grandes de punta redonda de preferencia, diferentes tipos de café en grano o molidos y una gramera (báscula) pequeña o mediana.

Con el café molido en las tazas se aprecia el aroma de cada tipo. Foto: Enrique Pesantes / FAMILIA

Con el café molido en las tazas se aprecia el aroma de cada tipo. Foto: Enrique Pesantes / FAMILIA


El inicio de la experiencia parte con el agua caliente. Dentro de una olla o tetera se coloca un litro y medio de agua (según el tamaño de las tazas por usar) y se deja por algunos minutos, para que se caliente; se apaga antes de que llegue al punto de ebullición.

El agua caliente colocada en las tazas no debe superar el borde.  Foto: Enrique Pesantes / FAMILIA

El agua caliente colocada en las tazas no debe superar el borde. Foto: Enrique Pesantes / FAMILIA


Mientras el agua se calienta, se pesa el café molido (si es en grano debe ser molido)con la ayuda de la gramera. En cada taza se deben colocar de 11 gramos a 11,6. Con las tazas de café listas se procede a colocar una tapa y se deja reposar de cinco a 10 minutos, para que se concentre el olor. Después de este tiempo se acerca a cada taza y se percibe el aroma.

La costra de café que se forma en las tazas se debe romper. Foto: Enrique Pesantes / FAMILIA

La costra de café que se forma en las tazas se debe romper. Foto: Enrique Pesantes / FAMILIA


En cada taza se agrega agua para activarla durante cuatro minutos (encender un cronómetro). En este paso se observará que en cada recipiente se creará una costra que se remueve con una cuchara.

Casi al terminar se percibe de nuevo el aroma y, al cumplirse los 11 minutos, se toma un sorbo. A los 16 y 21 minutos se lo vuelve a hacer con la temperatura del café tibio y frío.

Se da un sorbo a la taza para apreciar la textura y el dulzor. Foto: Enrique Pesantes / FAMILIA

Se da un sorbo a la taza para apreciar la textura y el dulzor. Foto: Enrique Pesantes / FAMILIA

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