La clave es el movimiento

El sistema de entrenamiento con pilates se enfoca en el fortalecimiento muscular para el equilibrio corporal.
El método pilates apela al uso de la mente y respiración para el control del cuerpo. Fotos: Diego Pallero

El método pilates apela al uso de la mente y respiración para el control del cuerpo.

2 de febrero de 2022 07:30

Alejandra Guerrero realizaba pilates ‘online’ cuando su sobrino, de 4 años, decidió unirse a la clase. Aunque para él los ejercicios son como un juego, según su tía, aprende la importancia de mantenerse activos.

Alejandra es ortodoncista y los gajes de su trabajo implican mantener posiciones que al final del día pueden resultar dolorosas, por ello, decidió implementar el método pilates en su día a día y los resultados han sido muy satisfactorios.

Este sistema de entrenamiento físico y mental implica movimientos de gimnasia promoviendo la fuerza muscular, una correcta respiración, la concentración y la relajación. Además de trabajar el cuerpo y la mente, es una buena opción para corregir la alineación de la columna y hacernos conscientes de nuestra postura.

Laura Patiño, ‘coach’ de pilates, explica que este entrenamiento ayuda a fortalecer hasta los músculos más pequeños, esos que ‘ni sabíamos que existían’; mejora la flexibilidad y trae beneficios en la concentración. Por ello, esta actividad es recomendada para personas de todas las edades.

Laura dice que en una de sus clases dirigida a personas de la tercera edad, las principales motivaciones para hacer pilates eran aliviar dolores corporales y ser más activos para poder jugar con sus nietos. Tras unas cuantos entrenamientos la mejoría fue notoria, especialmente en Conchita, una de las asistentes.

La ‘coach’ logró tener más soltura, hacer estiramientos que antes no podía y aliviar dolores. La clave es el movimiento, concluye Laura. Andrea Arrobo, en cambio, inició su entrenamiento de pilates tras ser diagnosticada con epilepsia.

Descubrió en esta técnica la mejor forma para conectar cuerpo y mente. “Para no pensar en nada más”, dice. En cuanto su actividad se volvió regular, no tuvo más crisis convulsivas.

Después de un tiempo se embarazó y ahí describió aún más beneficios con este método. Ser consciente de la postura le ayudó en sus últimas semanas de embarazo, cuando el peso de bebé podría resultar problemático. Fortalecer sus brazos sirvió a la hora de sostener a su hijo y darle de lactar.

Las técnicas de respiración le ayudaron a mantener la calma en el parto, de hecho, muchas de estas, las aplica ahora con su hijo y han servido para calmarlo. Ella dice que es una conexión que viene desde la práctica de pilates en su embarazo.

Andrea va a retomar las clases de pilates que por la maternidad no había podido. Cuando la edad lo permita, le gustaría que su hijo aprenda sobre la importancia de la actividad física para la salud y el bienestar espiritual.

La especialista recomienda empezar con jornadas cortas y (pocas) dos veces a la semana, para evitar que los pretextos ganen. Si se es principiante, advierte que probablemente el cuerpo pida más, pero que es mejor ir poco a poco, dándole tiempo al organismo para descansar.

Por último, sugiere que se acople el ejercicio a la rutina de cada persona, por ello, las sesiones ‘online’ son una buena opción. buena opción.
Laura tiene un canal bajo suscripción donde cuelga las clases. F

Los movimientos que la 'coach' recomienda

1. Llevamos la cadera adelante. Inhala y estira la columna. Exhala y haz la posición de tabla. Inhala y sostén unos segundos.

2. En cuatro puntos, estira la pierna y los dedos de los pies hacia ti. Exhala y sube la pierna, inhala y baja la pierna.

3. En cuatro puntos, estira la pierna y los dedos de los pies hacia ti.Exhala, abre la pierna hacia afuera, inhala y regresa al inicio.

4. En cuatro puntos, levanta el brazo hasta la altura de la cabeza y llévalo hacia la cadera sin tocar el piso. Regresa y alterna.

5. Con los brazos en ángulo recto, codos pegados al cuerpo. Exhala, abre los brazos a los lados, inhala y cruza los brazos al frente.

6. Acostado boca arriba. Estira una pierna hacia el techo, regresa la pierna hacia el piso y vuelve a la posición inicial. Alterna.

7. Con la cadera hacia atrás como si te sentaras. Los brazos a la altura de los hombros. Inhala al bajar la cadera y exhala al subir.

8. Acostado boca abajo, brazos y piernas extendidas. Eleva el brazo derecho y la pierna izquierda. Alterna.


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