Los padres de familia buscan cuidar la salud de sus hijos en todo lo que hacen. Por ello prefieren comida fresca y nutritiva. Pero pocos padres se toman el tiempo de investigar sobre la seguridad alimentaria y la importancia de un adecuado manejo de los alimentos para prevenir enfermedades.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 200 enfermedades conocidas se transmiten a través de la comida. De ahí que resulte fundamental que se respeten procesos para mantener la calidad y la seguridad de los alimentos que se ponen sobre la mesa.

Estefanía Arízaga, magíster en Agronegocios y especialista en sistemas de gestión de calidad e inocuidad alimentaria, explica que se deben tomar precauciones desde el momento en que se hacen las compras. "Si compramos productos en mal estado, o que no cuentan con garantías sanitarias, por mas que lavemos, podemos enfermarnos", dice la especialista. 

Una buena opción es poner las carnes y los lácteos al final en el carrito, para que no permanezcan fuera de una temperatura segura por mucho tiempo.

Además se recomienda evitar comprar fruta con la piel rota o agujereada, ya que las bacterias pueden contaminar el alimento. Tampoco se sugiere adquirir jugos o leches que no hayan sido pasteurizados.

En casa también se debe cuidar el almacenamiento de los productos. Lo principal es la temperatura. El refrigerador debe estar a una temperatura de entre 3°C a 5°C mientras que el congelador debería estar a -18°C, para que los microorganismos no puedan prosperar en ese ambiente.

Sobre esto se recomienda colocar la carne roja, aves y pescado en bolsas independientes para evitar que sus jugos se mezclen con otros alimentos.

En el momento de preparar la comida para la familia hay que lavar bien todas las frutas, verduras y hortalizas con agua potable. "Todo inicia con un correcto lavado de manos. No podemos manipular producto si tenemos la principal herramienta sucia. También debemos realizar correctos procesos de lavado, desinfección de productos. Es importante que garanticemos la calidad de agua, de no ser potable, hay que agregar cloro", dice Arízaga.

“Lavarse las manos constantemente ayuda a evitar que transportemos bacterias de un alimento a otro. Por eso debemos asearnos antes de cocinar y después de manipular carnes, lácteos y sus derivados.

El descongelado también es importante. Los especialistas recomiendan evitar realizarlo a temperatura ambiente, para que las bacterias no puedan proliferar. Al contrario, se puede colocar en la refrigeradora o en el microondas.

Finalmente, antes y después de cocinar hay que limpiar y desinfectar todas las superficies en las que se preparan los alimentos, así como los utensilios que se necesitaron.

Con el fin de evitar la proliferación de enfermedades diarreicas y gastrointestinales, la OMS ha establecido algunas reglas para manipular los alimentos de forma segura. Este será uno de los temas que se tratará en el primer Congreso Alimentario Internacional, organizado por Alitecno.