El paro de actividades para evitar la propagación de la covid-19 ha obligado a que se piense en la soberanía alimentaria, en la sostenibilidad y en la circularidad. Para muchos, la creación de un huerto en casa es la respuesta a estas cuestiones. Pero, ¿cómo hacerlo?

"Un 'tip' que siempre doy es experimentar, perder el miedo, ensuciarse las manos", dice la paisajista Ruth Salvador. Con eso en mente, el primer paso es seleccionar el sitio donde se sembrará y decidir el tipo de huerto que se quiere. Puede ser directamente en el suelo, camas elevadas, jardinera, vertical o cama de cultivo.

El segundo paso es analizar la cantidad de luz que se tiene al día para seleccionar las plantas que se sembrará. Si se tiene más de seis horas de sol, se debe escoger especies como ajo, alcachofa o cebolla. Si se tiene entre tres y seis horas de sol, se puede sembrar acelga, manzanilla o hierba buena. Y si es que se tiene menos de tres horas de sol al día, se recomienda sembrar espinaca, lechuga o espárragos.

Lo mínimo que se necesita para empezar un huerto en casa es una maceta o espacio de jardín, tierra, humus y una plántula. En condiciones normales, se puede adquirir plántulas en los mercados y supermercados, sin embargo, durante la cuarentena se ha vuelto un poco más complicado conseguirlas. La alternativa es hacer un semillero en casa.

Se necesita una cubeta de huevos rellena con tierra. Con el dedo, hacer un hueco superficial en la tierra y colocar la semilla. Con un aspersor, regar la semilla a diario o pasando un día, de acuerdo a los requerimientos de la tierra. El objetivo es que siempre esté húmeda.

De tres a cuatro semanas después se podrá trasplantar a un espacio más grande. Ruth aconseja informarse en línea sobre qué plantas se pueden trasplantar, porque hay algunas como la zanahoria que deben sembrarse directamente en donde crecerán. Algunas especies que se dan con facilidad, de acuerdo con Salvador, son la albahaca, el cebollín, el orégano, la hierba buena, la manzanilla, la lechuga y la acelga.

También hay que decidir el tipo de plantación que se usará. Existen diferentes maneras, algunas de ellas son la rotación y la siembra asociada. En la primera, un año se siembra brócoli y el segundo tomate, por ejemplo. Así se cuida la tierra y se evitan las plagas. En la segunda, se pueden sembrar dos planas juntas, como la zanahoria y la acelga. Esto permite que a través de la asociación el crecimiento se dé de mejor manera.

En casa también se puede aprovechar los desperdicios orgánicos como las cáscaras, semillas, residuos del café, entre otros, para alimentar la tierra. Una forma sencilla de crear compost es hacer un hueco en la tierra, que debe ser de 40 cm en adelante, y enterrar los residuos vegetales. Finalizar con una capa de hojas secas o acerrín y tierra. Si el hueco está junto a una planta, esta se nutrirá directamente de lo que allí se deposite.

En línea se pueden encontrar guías completas para hacer huertos en casa. Una alternativa es la de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura  y otra es la de la Empresa Municipal de Desarrollo Económico de Cuenca. 

Para quienes no quieren empezar de cero también existe la opción de comprar un huerto listo. Salvador, con su empresa Renaturalizar, instala huertos armados y les enseña a los nuevos dueños sobre el cuidado de las plantas. Algunas alternativas son huertos verticales de dos o tres pisos y condimenteros, que pueden colocarse en la cocina.