Los espacios sociales del hogar se han convertido en una zona natural. Las salas y los comedores ahora lucen jardines verticales sobre las paredes.

Artificiales, preservados y naturales son las opciones que marcan una nueva tendencia al decorar los espacios. La pandemia de covid-19 nos alejó de los espacios abiertos y la tendencia biofilia los traslada a la casa. Las paredes y las columnas interiores son ahora los sitios donde se aprecia la naturaleza, además de las terrazas y balcones.

La arquitecta Débora Chiluisa explica que entre las formas de decoración más usadas están los jardines artificiales y los preservados. Estos dos tipos no necesitan un mayor cuidado de plantas (agua y luz) y superficie, pues no generan humedad.

En cambio, los naturales necesitan un tratamiento de la pared con un revestimiento que impida la acumulación de humedad; sin embargo, por el sistema de riego que necesitan las plantas es casi imposible evitar esta situación.

Pero este no es motivo para alejarse de lo natural. Carolina Delgado, diseñadora de interiores, explica que los jardines preservados son una opción para disfrutar de las especies de plantas sin la necesidad de tener un cuidado especial.

Los artificiales y los preservados se colocan en forma de plancha sobre una pared. La decoración natural puede variar en formas y tamaños, aunque lo ideal es que alcancen el metro de ancho y altura.

Los jardines varían en tamaños y formas para las superficies. Foto tomada de Bioguia

Las estructuras que albergarán los jardines son hechas en madera, metal y plástico para adaptarse a la zona a decorar. Las especies de plantas varían según el gusto de las personas.

Actualmente los espacios sociales lucen el estilo ‘jungle’. En este tipo de interiorismo predominan los helechos, musgos y trepadoras.

El toque de color también se evidencia en los jardines. Las rosas, enredaderas moradas y rojas generan un atractivo visual en las zonas del hogar.

La colocación de los jardines verticales en el hogar puede variar según el tipo. Los artificiales y preservados van de dos a seis días y los naturales se pueden extender hasta cuatro semanas. El tiempo depende del tamaño del jardín.