La depresión posparto, un tema tabú

Una de cada siete mujeres sufre depresión después del nacimiento de su bebé
Las mujeres pueden sufrir este trastorno hasta un año después del nacimiento de su hijo. Foto: Freepik

Las mujeres pueden sufrir este trastorno hasta un año después del nacimiento de su hijo. Foto: Freepik

6 de mayo de 2019 12:27
Gabriela Castellanos

Existe una idea generalizada de que el instinto materno llega a todas las madres por igual, que es inmediato y que tan pronto llega el recién nacido, las mujeres saben cómo cuidarlos y se vuelven expertas. Esta idea ha provocado que se oculte un problema que afecta a una de cada siete mujeres: la depresión posparto.

Este trastorno, según la doctora Adriana Oñate, psicóloga clínica y jefe del departamento de psicología del Hospital Metropolitano, “es una forma de depresión pero tiene cura y puede solucionarse si se trata a tiempo y se busca ayuda”.

Cuando nace el bebé, muchas mujeres experimentan tristeza y melancolía. Los ‘baby blues’ son bastante comunes y ocurren en la mayoría de partos. Este estado de ánimo puede durar hasta dos semanas y ocurre porque las nuevas madres tienen muchas emociones y porque también dejan atrás una etapa de su vida.

A veces pueden presentarse problemas para dormir, crisis de llanto y algo de ansiedad. Estos síntomas son pasajeros, pero si se muestran de forma permanente, pueden ser una señal de alerta.

En la depresión posparto los síntomas no necesariamente aparecen inmediatamente después del nacimiento del hijo, sino que pueden notarse varias semanas después, incluso hasta 12 meses después de la fecha del parto.

Las mujeres con depresión posparto experimentan una sensación fuerte de desesperanza e inutilidad. “Pierden el interés por el bebé, tienen miedo a quedarse solas con el niño o la niña, empiezan a relegar el cuidado del recién nacido a la pareja o a los abuelos y aparecen conflictos en las relaciones”, apunta Oñate.

Según la especialista, este trastorno es más común que la preeclampsia, la diabetes gestacional y el parto prematuro. Las mujeres que ya han sufrido depresión o que tienen familiares con antecedentes de esta enfermedad están en mayor riesgo de padecer esta condición.

Las mamás que experimentaron muchos cambios y situaciones complicadas como mudanzas, divorcios, separaciones, fallecimientos de personas cercanas y otras también tienen un mayor riesgo de sufrir depresión posparto.

En ocasiones pueden presentarse otras señales más preocupantes como deseos de lastimarse a sí mismas o a su bebé. Cuando esto ocurre ya se puede hablar de la psicosis posparto, un trastorno mental que afecta a una de cada 500 mujeres. Quienes sufren de este padecimiento pueden tener alucinaciones visuales o auditivas y necesitan terapia psicológica o hasta psiquiátrica. En ciertos casos será necesaria la medicación para evitar daños a la madre o a su bebé.

Uno de los problemas para tratar este problema es la falta de diagnósticos. Muchas mujeres sienten vergüenza de esa tristeza o melancolía que sienten y el desinterés por sus bebés. “Las familias a veces les dicen que tienen que estar felices, que los hijos son una bendición, que pongan de parte y eso solo aumenta la sensación de culpa, desesperanza e inutilidad”.

Por ello el tratamiento debe involucrar a toda la familia. Empieza por una psicoterapia individual en la que se habla de los problemas que aparecieron en el embarazo. Se ayuda a las madres a encontrar grupos de apoyo para que las mujeres no se sientan solas. En ellos se comparten experiencias con otras mujeres. También se trabaja en el contacto con el bebé y en mejorar el vínculo madre-hijo.

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