Ejercicio físico compulsivo en adolescentes: ¿qué es y por qué se produce?

Realizar actividades físicas es fundamental, pero no se debe exagerar.
Foto referencial: El ejercicio físico en los adolescentes es recomendable para su salud física y mental. Sin embargo, el ejercicio compulsivo puede ser perjudicial porque genera un cansancio extremo. Pixabay

Foto referencial: El ejercicio físico en los adolescentes es recomendable para su salud física y mental. Sin embargo, el ejercicio compulsivo puede ser perjudicial porque genera un cansancio extremo. Pixabay

2 de julio de 2021 15:32
Andrea Rodriguez

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que nuestros adolescentes dediquen por lo menos una hora diaria a practicar actividad física de intensidad moderada a intensa, en su mayor parte aeróbica, y considera que convendría que hicieran como poco tres veces a la semana actividades vigorosas que fortalezcan músculos y huesos.

Todo ello, con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y de reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.

Sin embargo, el 76 % de chicos y chicas de entre 11 y 17 años no cumplen con estos mínimos. En el lado opuesto están los jóvenes que realizan un ejercicio físico compulsivo. En las siguientes líneas explicamos en qué consiste esta adicción, las señales que pueden alertarnos de estar sufriéndola y qué hacer para tratarla y prevenirla.

Practicar ejercicio físico reporta beneficios físicos y psicológicos a cualquier edad. En el caso de los adolescentes, tal y como explica Víctor Arufe, director de la Unidad de Investigación del Deporte Escolar, Educación Física y Psicomotricidad (UNIDEF) de la Universidad de A Coruña, es recomendable porque mejora la condición física y aumenta capacidades físicas, como la fuerza o resistencia; fortalece las relaciones sociales, el cumplimiento de normas, aporta valores, ética; contribuye a generar sensación de bienestar, calma, felicidad y mejorar la atención y el rendimiento académico; influye de forma positiva en variables psicológicas como la autoestima, el autoconcepto y la autoconfianza.

Sin embargo, también puede perjudicar a la salud física y mental. Así ocurre en el caso de que la persona, en este caso el joven, haga ejercicio físico de forma repetitiva y frecuente, sin ser capaz de controlarlo o reducirlo, a pesar de los daños que le provoca. Estaríamos entonces ante un ejercicio físico compulsivo (excesivo, abusivo…) también conocido como adicción al ejercicio físico o dependencia del ejercicio.

La adicción al ejercicio no está reconocida oficialmente como un trastorno mental. Pero muchas investigaciones ya apuntan a que en futuras ediciones del ‘Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales’ (DSM), de la Asociación Americana de Psiquiatría, podría estar definida como una adicción conductual, algo que ya sucede con el juego.

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