El fotoenvejecimiento se puede prevenir

El protector solar es fundamental para reducir el riesgo de manchas y arrugas por los rayos UV
El protector solar ayuda a disminuir los efectos causados por el sol en la piel. Foto: Freepik

El protector solar ayuda a disminuir los efectos causados por el sol en la piel. Foto: Freepik

17 de septiembre de 2019 11:29
Gabriela Castellanos

Si bien el paso de los años y su efecto en la piel no se pueden evitar, hay factores que contribuyen a que el envejecimiento ocurra prematuramente. El sol es necesario para sintetizar la vitamina D en el organismo, pero basta con una exposición diaria de 10 o 15 minutos. Cuando se excede este tiempo, el sol puede provocar daños graves en la piel.

La exposición en períodos prolongados a los rayos ultravioleta causa quemaduras y alteración del ADN de las células cutáneas, lo cual puede devenir en cáncer de piel. Por otro lado, también producen radicales libres y originan que las células no funcionen adecuadamente. Esto puede derivar en cáncer de piel. 

Se produce menos melanina, colágeno y elastina y eso se refleja en las arrugas. También se puede notar resequedad, una piel más fina, manchas y líneas de expresión.

Hoy en día hay varios tratamientos dermocosméticos destinados a mejorar la apariencia de la piel que ha sido envejecida de forma prematura. El bótox, la revitalización con plasma rico en plaquetas y los tratamientos de ‘peeling’ ayudan a devolver cierta elasticidad y claridad al rostro.

Sin embargo, los especialistas coinciden en que la mejor forma de luchar contra el fotoenvejecimiento es la prevención. Para ello es fundamental la aplicación de protectores solares de amplio espectro.

Según la Academia Americana de Dermatología, es necesario utilizar filtros solares con un factor de protección (FPS) acorde con el tipo de piel y los riesgos ambientales específicos de cada región.

El FPS es una escala creada por Thomas B. Fitzpatrick en 1975. El conocido dermatólogo de la Universidad de Harvard determinó seis tipos de piel según la tonalidad, la facilidad para quemarse y la capacidad para broncearse. De ahí estudió la necesidad de protección de cada uno de estos tipos de piel.

Las más claras son el fototipo 1 y 2. Estas pueden resistir al sol sin quemarse entre 10 a 15 minutos. Al aplicar un protector solar con FPS 30 se multiplica por 30 el tiempo que puede pasar la persona con ese tipo de piel en el sol sin quemarse. La persona podría estar 300 minutos expuesta.

Sin embargo, hay algunos factores que también disminuyen la total eficacia de los filtros solares, como el contacto de la piel con el agua, la sudoración o la vestimenta. Por ello la aplicación debe realizarse en intervalos más cortos. La recomendación de la OMS es reaplicar cada dos horas o después de nadar, practicar ejercicio o jugar en los exte­riores.

En países en los que se registran altos índices de radiación, como el Ecuador, los especialistas recomiendan a toda la población utilizar protectores solares con FPS de 50 o superior y que incluso se apliquen los filtros cuando no vayan a salir de casa.

Por otro lado, los dermatólogos sugieren aplicar el producto en la piel al menos 30 minutos antes de la exposición al sol. De esta forma, la piel puede absorber mejor los filtros solares.

También existen protectores solares específicos para el rostro y otros para el resto del cuerpo. Ellos se diferencian por la oleosidad de las cremas. Algunos dejan una tonalidad blanca mientras que otros no tienen ningún color.

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