Las medidas de distanciamiento social que se han instaurado en varios países con el fin de evitar la propagación del covid-19 tienen un efecto importante en la salud mental y emocional en las personas. Después de todo los seres humanos son gregarios.

Permanecer aislado obliga a ciertas personas a pensar constantemente en algunas preocupaciones que pueden tener y que cotidianamente tratan de olvidar. Así lo afirma el doctor Luis Iriarte, doctor en Psicología de Doctorisy. Así, las actividades habituales como el trabajo, el gimnasio y la vida social suelen actuar como distracciones. Pero en condiciones de cuarentena, las personas se encuentran con mucho tiempo libre y por tanto pueden desarrollar estrés y ansiedad.
Uno de los grupos más afectados por el aislamiento es el de las personas de la tercera edad. A menudo los adultos mayores pueden vivir solos. “En situaciones normales ya suelen sentirse descuidados por las ocupaciones que tienen sus familiares. La situación del Covid-19 hace que estén aún más aislados”, dice Iriarte. Aunque esta medida tiene el fin de evitar el contagio de personas mayores, en quienes la enfermedad puede ser más mortal, la soledad y la falta de contacto afecta gravemente el estado emocional de estas personas.
Por ello es fundamental mantener el contacto de forma segura. El especialista recomienda utilizar llamadas telefónicas y videollamadas para mantenerse en contacto con los seres queridos. En esta etapa muchas personas pueden perder el sentido de su vida y sus propósitos. La depresión es un mal que aqueja a cada vez más adultos mayores.
Con respecto a los niños, Iriarte considera que es un error pensar que ellos no entenderán la situación. Para él es clave hablarles con sinceridad y explicarles lo que ocurre. “Hacerles saber que hay un virus que nos puede enfermar y que por eso es importante quedarnos en casa”, recomienda. Es fundamental usar la palabra coronavirus pues es algo que escucharán con frecuencia y así podrán entender qué sucede.
Para sobrellevar el encierro, se recomienda incluir a los niños en las actividades domésticas y evitar que pasen el día sin hacer nada. Además de las tareas escolares se puede dedicar tiempo a juegos en familia y a cumplir con algunas responsabilidades del hogar como ordenar las habitaciones, cocinar con papá y mamá, entre otras.
Las personas que ya sufren de ansiedad también son afectados por el distanciamiento social. Su condición puede agravarse por la incertidumbre de lo que puede ocurrir, la preocupación de que ellos o personas cercanas pueden contagiarse del virus e incluso lo que puede pasar con sus empleos y empresas. Para sobrellevar este tiempo de mejor manera se recomienda mantener contacto con los psicólogos y realizar sesiones de terapia en línea o a través de videollamada.
Otra recomendación es evitar estar constantemente viendo noticias sobre la pandemia. “Tampoco hay que caer en el error de pretender que no pasa nada. Lo saludable seria aceptar que hay una situación y una medida, no desconocer lo que pasa y buscar actividades que nos ocupen”, concluye el psicólogo.