Muchos padres y madres de familia se preocupan por la alimentación que reciben sus hijos. Su interés es que los pequeños puedan crecer sanos y que puedan contar con todos los nutrientes que necesitan en cada una de las etapas de su vida. Pero cambiar la comida familiar puede resultar complicado, especialmente si se ha acostumbrado a una alimentación rápida, poco variada y alta en grasas.

1. Pequeños cambios en el día a día

Según la organización Family Doctor de la Academia Americana de Médicos Familiares, el primer paso es hacer pequeños cambios en el día a día. Así, por ejemplo, en lugar de tomar leche entera se puede cambiar a leche baja en grasa. 

Otras opciones:
-En lugar de gaseosas se puede beber agua mineral con saborizantes naturales
-En lugar de pan blanco se recomienda buscar pan integral
-En lugar de helado se puede preparar un smoothie o un batido de frutas
-En lugar de mantequilla se debería recurrir al aceite de oliva
-En lugar de aderezos para ensalada o salsas para pasta altas en grasa se puede buscar alternativas con base a vegetales
-En lugar de papas fritas se puede probar con chips de papa al horno

2. Reducir el consumo de azúcar

Otra recomendación de Family Doctor es limitar la cantidad de azúcar. "El azúcar está presente de forma natural en frutas, vegetales, granos y lácteos. Las personas obtienen la cantidad de azúcar que necesitan de estos alimentos", dice la entidad. 

Por ello se recomienda disminuir todo lo posible el uso de azúcar añadido. Lo que este producto hace es  agregar calorías vacías a la dieta familiar y también puede contribuir con el desarrollo de hiperactividad, cambios de ánimo, obesidad y diabetes tipo 2.  

No se trata de eliminar los dulces ni prohibirlos. Los expertos recomiendan dar a los hijos este tipo de productos como un premio especial, pero no como algo regular en la alimentación. 

3. Presentar las frutas y verduras de forma más apetecible

Una recomendación es que las familias tengan fruta fresca, lavada y disponible al alcance de los niños para que ellos la puedan ver. Las manzanas, mandarinas, peras y duraznos son opciones adecuadas para un 'snack' y también son fáciles de llevar y comer. 

Hay que probar distintas formas en la presentación de un alimento. Si a un niño no le gustan las zanahorias en cubos se puede intentar rallándolas y agregándolas en una ensalada o en forma de puré. Estos productos también pueden ser ingredientes en la preparación de guisos y salsas. 
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