Los cambios estacionales suelen la época en la que aparecen con mayor frecuencia los síntomas de la rinitis alérgica. Esta enfermedad puede confundirse fácilmente con un resfriado, pero la gran diferencia es que no es producida por un virus. En realidad es una respuesta alérgica del cuerpo a ciertos alérgenos que se encuentran en el interior de un espacio o al aire libre.

Según la Clínica Mayo, las personas que sufren rinitis alérgica pueden sentir síntomas como secreción y congestión nasal, ojos llorosos, estornudos, tos, picazón en la nariz, el paladar y la garganta, piel hinchada y cansancio. En el organismo, el sistema inmunitario identifica una sustancia que puede ser el polen, el polvo, los ácaros o la caspa de los animales como nocivos. Entonces produce una señal que genera la liberación de histamina en la sangre. Así aparecen los molestos síntomas. Los cambios de estación son ocasiones en las que pueden aumentar los síntomas porque existen ciertos detonantes como el polen que causan mucha irritación.

Esta enfermedad puede ser realmente molestosa e interferir con la calidad de vida de las personas. En algunos casos los medicamentos para la alergia de venta libre no son suficientes para aliviar los síntomas. Además, pueden provocar complicaciones como problemas para dormir, empeoramiento de las crisis de asma, sinusitis e infecciones de oído. En muchos países la rinitis alérgica es una de las causas principales de inasistencia a la escuela o al trabajo, según investigaciones de la Clínica Mayo.

Una forma de diferenciar esta enfermedad de un resfriado o una gripe es prestar atención a los síntomas. Generalmente en la rinitis alérgica el malestar está presente únicamente durante la exposición a los alérgenos. En el caso de los resfriados los síntomas se mantienen de siete a 10 días.