Una nueva tendencia de belleza se está apoderando de Internet. Se trata de poner unas gotas de aceite de rosa mosqueta en la crema hidratante de día y de noche. ¿Pero es seguro o estamos estropeando la crema? Es cierto que el aceite de rosa mosqueta tiene las propiedades de nutrir la piel inmediatamente, regenerarla y, con el tiempo, ayudará a minimizar los efectos del envejecimiento.

La facialista y cosmetóloga española Esther Moreno afirmó a Europa Press que “muchos cosméticos hoy en día ya lo incluyen en su formulación, pero, si no es así, se pueden añadir dos o tres gotas a la crema hidratante y emulsionarlo para aplicarlo junto siempre que la fórmula lo permita. Por ejemplo, en cremas hidratantes o nutritivas, sí se puede mezclar”. Sin embargo, nos abre los ojos en cuanto a optimización de los beneficios del aceite de rosa mosqueta se refiere, según los resultados que se quieran obtener.

En ese sentido la experta afirma que “si lo que buscamos es nutrir la piel en profundidad, es mucho más interesante escoger una crema nutritiva, para pieles secas, regeneradora e incluso con alfa hidroxiácidos o retinoides y aplicar el aceite después, como último paso de la rutina”. Pero la cosa cambia si lo que buscamos es mejorar una marca, lesión o cicatriz de acné, “en ese caso lo aplicaría antes de la crema”.

La cosmetóloga ecuatoriana Ita Sánchez menciona que el agregar gotas de aceite de rosa mosqueta a la crema hidratante no la modificará y más bien, al tratarse de una molécula muy pesada y oleosa provoca que no penetre de la misma forma en la piel.

Sánchez recalca que en la actualidad la mayoría de productos ya vienen preformulados y tienen el tamaño de la molécula ideal para que ingrese por los poros y las estructuras de la piel.

“Al ser muy oleoso y mezclarlo con la crema, la piel no absorbe de la misma manera y tampoco hay ningún beneficio en cuanto a hidratación o regeneración”, agrega la especialista.

Debido a su consistencia, la cosmetóloga señala que, dependiendo del tipo de piel en donde se coloque el aceite de rosa mosqueta, puede activar más secreción sebácea e incluso ocluir la piel, es decir los poros se obstruyen y se genera la formación de milliums (puntos de grasa o agua enquistados), especialmente en la zona de las mejillas y contorno del ojo.

El aceite de rosa mosqueta es conocido por sus propiedades de nutrir la piel. Foto: Freepik

En casos de acné

Hay dos normas básicas que aplican siempre, y es que “aunque se trata un aceite efectivo para tratar cicatrices de acné, nunca se debe usar durante el brote de acné porque puede incluso ser comedogénico y empeorar el brote”, advierte la cosmetóloga Moreno.

También es importante la fotosensibilidad, ya que como explica: “yo lo trato como un aceite fotosensible por la cantidad de omegas que contiene y elevadas concentraciones de ácidos grasos insaturados. Esa insaturación lo hace inestable y puede reaccionar con facilidad al sol, por eso si se aplica de día hay que utilizar siempre protector solar”.

Sánchez agrega que si bien en la actualidad está de moda colocarse distintos tipos de aceites para hidratar la piel, no es lo más recomendable debido a su propia textura y solo se queda en la parte superficial y no ingresa en capas más profundas.

Lo que sí recomienda la especialista es utilizar en el rostro una línea profesional que contenga el extracto de rosa mosqueta como principio activo y con el peso molecular adecuado para tener un beneficio. F

Beneficios del aceite de rosa mosqueta

Este aceite es rico en omega y vitaminas A y E, por lo que posee efectos antioxidantes, regeneradores e hidratantes. Ayuda en la hidratación, luminosidad y elasticidad de la piel.

Desvanece las cicatrices y la decoloración. Se utiliza para ayudar a aclarar las manchas oscuras causadas por las cicatrices. Sus antioxidantes ayudan a igualar el tono de la piel.

Las propiedades de la rosa mosqueta permiten que se utilice como ingrediente en productos faciales como corporales, por lo que su aplicación puede hacerse en el cuerpo.

Está comprobado que previene y reduce las estrías, especialmente las más recientes. En las más antiguas las hace menos visibles devolviendo el color natural de la piel.

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