Por más pequeño que pueda parecer, Ecuador siempre tiene sorpresas por ofrecer. La recién estrenada Ruta de Café y Cacao: Conectando con el origen es un ejemplo de rincones poco difundidos, en el norte del país, que extranjeros y locales pueden visitar para descubrir una faceta menos explorada.

Se trata de un recorrido de contrastes que combina el clima cálido tropical de la parte sur de Esmeraldas con la Cordillera del Toisán que rodea y protege al Valle de Íntag. También abarca la parte andina de Carchi y su cara subtropical y sus paisajes casi selváticos.

El itinerario incluye puntos de interés en estas tres provincias, Esmeraldas, Imbabura y Carchi. Los hilos conductores son esos dos ingredientes icónicos de nuestra región que cada vez tienen más relevancia en el mercado y la gastronomía.

Los protagonistas son los pequeños productores que abren las puertas de sus fincas o haciendas a los turistas e interesados en conocer más sobre la elaboración de estos insumos.

En Imbabura, el recorrido pasa por el valle de Íntag y Lita. En Carchi, incluye el área de Jijón y Caamaño, Maldonado y Chilca. Foto: Cortesía

Puntos de interés en el trayecto

La ruta se enmarca en un proyecto (de desarrollo y cooperación internacional) más grande que busca fortalecer la cadena de valor del café y el cacao en esas tres provincias. Así lo cuenta Lorena Mongardini, directora de la iniciativa.

El proyecto está financiado por el Fondo Ítalo-Ecuatoriano para el Desarrollo Sostebible (FIEDS) y la ONG italiana Cospe. Asimismo, cuenta con varios socios, entre ellos la Universidad San Francisco de Quito y la Universidad Politécnica Estatal del Carchi.

Dice Mongardini que mapearon y recopilaron información de 90 puntos turísticos en el área, entre restaurantes o cafeterías, fincas y opciones de hospedajes. El objetivo es atraer turistas y apoyar a estos emprendedores locales para que puedan mejorar la calidad de sus productos.

Más allá de estructurar la ruta en sí, era necesario ofrecer capacitaciones integrales a los implicados para asegurar servicios de calidad. Para lo cual se seleccionaron 15 lugares y sus trabajadores y propietarios recibieron talleres para mejorar sus servicios y la gestión de sus emprendimientos.

Las siguientes fases del proyecto implican más capacitaciones y extender el recorrido hasta Sucumbíos y Orellana. Foto: Cortesía

Mujeres y jóvenes trabajan en la ruta

Una cuestión que distingue a esta iniciativa, señala Mongardini, es que muchas de estas haciendas productoras, restaurantes u hospedajes están manejados por mujeres y por jóvenes. Otro elemento que la diferencia de otras rutas es que está “un poco fuera de las zonas turísticas más habituales” y que tiene el valor agregado de invitar a los visitantes a descubrir lo que hay detrás del café que toman a diario y de los chocolates que consumen.

Hay, por ejemplo, una cafetería en Cotacachi manejada por mujeres vinculadas desde pequeñas a la producción de café. Una finca de cacao también comandada por unas hermanas y un paradero con vistas deslumbrantes en Carchi, en la vía Maldonado Chical, que también cuenta con plantaciones de café. Dicen que la identidad está en los territorios y esta nueva ruta, cuyo nexo son estos productos, es una forma de descubrirlo ‘in situ’. 

La ruta aúna también variedad de microclimas y una biodiversidad única. Hay ríos y cascadas que se pueden visitar. Foto: Cortesía

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