HABLAR DE LA PORNOGRAFÍA CON LOS HIJOS ES NECESARIO

Bienestar. La cantante Billie Eilish (20 años) colocó el tema en debate tras declarar cómo el material sexual con el que tuvo contacto de niña afectó su vida íntima
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La actitud de los padres al hablar de sexualidad con los hijos es importante para generar confianza.

27 de enero de 2022 17:03
Carolina Castillo

‘Exponerme a la pornografía a los 11 años dañó mi vida sexual”, dijo la cantante estadounidense Billie Eilish. La razón es que ver ese material le dejó consentir “cosas que no eran buenas” cuando empezó a tener relaciones íntimas.

La psicóloga Lorena Pillajo explica que la pornografía puede generar expectativas poco realistas sobre el acto sexual en personas que carecen de un criterio formado. Esta distorsión incluye conductas íntimas de riesgo, agresividad, naturalización de la violencia sexual, alteración de los roles de género y cosificación de las mujeres.

Con 20 años, Eilish, ganadora de siete grammys, sostiene que la pornografía “es una vergüenza”. En particular, critica la manera en que refleja los cuerpos de las mujeres. El material sexual evoca la idea de mujeres que únicamente están dispuestas a satisfacer los deseos y necesidades de los hombres olvidándose de su propia búsqueda de placer. Eilish pensó que esa era la manera natural en la que se aprendía a tener relaciones sexuales y normalizó conductas que ahora sabe que fueron abusivas.

Para el psicólogo clínico Jimmy Matamoros, una forma de prevenir que los menores experimenten situaciones como estas es hablar con ellos sobre sexualidad. Es recomendable tocar el tema con los hijos desde los tres años porque la Internet facilita el acceso al material. A medida que los niños y niñas crecen se puede ampliar la explicación con más charlas y con las clases en los centros educativos.

A veces los padres se ven limitados por sus propios tabúes y dejan el tema en manos de la escuela, pero lo ideal es que ambas partes se involucren. “Negar una información sexual adecuada a un niño o niña es exponerlo a que no pueda defenderse ante peligros potenciales”, recalca.

Al tema de la pornografía, en cambio, explica Pillajo, se lo debe empezar a abordar desde los ocho años. El lenguaje y los recursos que se usen para hacerlo dependerá de la edad. La especialista señala que hay padres que colocan el tema en su horizonte solo cuando descubren que sus hijos han visto material sexual.

Cuando ha sido el caso, llegan a consulta, dice, con una mentalidad de sanción. En ese escenario, la reacción de la familia puede causar más daño que el hecho en sí. Hay que ser cuidadosos con las ideas de sexualidad que se transmiten a los menores, porque el propósito tampoco es atemorizarlos. “La sexualidad es natural, es propia del ser humano, pero hay que saberla encaminar”, sostiene.

Así que allí, las recomendaciones iniciales de la especialista son tranquilizarse y conocer a qué más estuvieron expuestos los menores para conversar. Según lo que hayan visto, resulta necesario incluir el tema de las relaciones sexuales sin obviar la parte del placer para las personas, pero con el reconocimiento de que detrás de la pornografía hay violencia y hay una invalidación de emociones.

Para Matamoros, el estar expuesto a este tipo de material puede afectar la autoestima de los menores porque cambia también la manera de percibir los cuerpos. Se crea un ideal de varón y de mujer que si no se cumple puede provocar inseguridad. Cuando la cantante Billie Eillish habló de su experiencia, atribuyó la crisis que vivió a un tipo de porno “abusivo”, cuyos detalles incluso horrorizaron a su madre.

Sin embargo, sin importar el estilo “suave” o “duro”, el fin de ese material es el mismo. Como la pornografía es una industria que mueve millones, el objetivo es brindar imágenes y captar usuarios para lucrar. Es un negocio en el que para nada se busca mostrar una relación saludable y eso se debe enseñar a los menores. F

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