El distanciamiento social, la medida tan importante para prevenir los contagios de covid-19 y que se ha instaurado en más de una veintena de países, afecta de formas distintas. Hay quienes pueden sufrir más que otros por tener que permanecer lejos de sus seres queridos.

Se ha hablado de que los adultos mayores son especialmente vulnerables, no solo ante la enfermedad sino a los daños colaterales como la soledad y la consecuente depresión. Pero los niños también pueden resultar afectados por este aislamiento involuntario, más aún cuando son pequeños y no entienden la importancia de mantener esta medida preventiva.

Es el caso de Pablo Míguez, un niño de 12 años que le escribió una carta a su abuelo que vive en una residencia y que padece demencia senil. En el texto, publicado por El País, le dice que está enfadado por no poder visitarlo.

“Hola, abuelo. Los papás no me dejan salir de casa. Dicen que hay un virus en la calle y nadie sale porque puede ponerse enfermo. No puedo ir al cole ni jugar con mis amigos.

Abuelo, me alejan de ti y estoy enfadado. Puede ser que haya hecho algo malo y me estén castigando sin verte. Siento que te estoy fallando.

Anoche escuché a mamá decirle a una amiga por teléfono que se sentía agobiada y triste por lo que viene, por mí... Decía que su jefe probablemente la despedirá. Papá sigue trabajando repartiendo comida al súper. Lleva una mascarilla.

A mamá le duele que estés solo. Ayer le prohibieron verte. Asegura que eres fuerte y estarás bien atendido.

Abuelo, no podemos abrazarte y acariciarte la cara. Te gustaba, sonreías al verme y sentirme. Me gustaba enseñarte las tareas que hago en el cole y contarte chistes.

Confío en la gente que está buscando una vacuna. Médicos y enfermeros nos ayudan y curan. Esto es como una prueba, como un juego de la Play. Hay que pasar diferentes fases hasta que ganas la partida.

Ahora me siento un poco como tú, abuelo, encerrado en mí mismo y entre cuatro paredes. No podemos hacer lo que queramos. Deseamos huir con fuerza, aunque no es lo correcto y nos frenan. Solo pienso en el momento de reencontrarnos y volver a abrazarte y besarte. Eso sí cura cualquier pena. Espérame, ¿vale?, no te olvido”, dice la carta.

España es uno de los países más afectados por la pandemia y las autoridades se ven en la obligación de restringir cada vez más la movilidad de los ciudadanos en un esfuerzo por lograr controlar el virus que, hasta la fecha, ha dejado más de 1000 muertos.