La Casa Kingman,un espacio de cultura y unidad

La casa que perteneció al pintor Eduardo Kingman es hoy un centro cultural. Allí se realizan ocho proyectos, donde se involucra a la gente con las artes.
La Casa Kingman está ubicada en el Municipio de Rumiñahui. Foto: Vicente Costales / Familia

La Casa Kingman está ubicada en el Municipio de Rumiñahui. Foto: Vicente Costales / Familia

4 de febrero de 2019 12:39
Nancy Verdezoto

Eduardo Kingman vivió más de 30 años en la Posada de la Soledad. Ubicada en el valle de Los Chillos, esta casa se convirtió en el espacio de creación del pintor, pero también en su refugio.

Al morir, la casa permaneció cerrada por muchos años. Pero ahora pasó en comodato al Municipio de Rumiñahui, que se encarga de cuidarla y de promoverla como un espacio cultural para la ciudadanía.

La vivienda necesita una reparación. La parte principal de la casa está cuarteada, porque el piso se hundió.

Como parte del comodato, la Alcaldía debía restaurarla y evitar que parte de este legado se destruyera, aunque todavía no hay una fecha para que se inicie este proceso. Pero eso no ha evitado que este espacio se mantenga activo y vivo, pues se utiliza de lunes a lunes.

Allí se dictan cursos de pintura, de danza, de yoga y de música. Pero también es un espacio en donde las familias pueden disfrutar del arte: los domingos se realizan funciones de títeres para los niños.

El estudio donde pintaba Kingman permanece intacto en la casa. Allí se retiraba a pintar, hasta que se hizo su residencia permanente. Foto: Vicente Costales / Familia

El estudio donde pintaba Kingman permanece intacto en la casa. Allí se retiraba a pintar, hasta que se hizo su residencia permanente. Foto: Vicente Costales / Familia

Los artistas que presentan los shows lo hacen de forma gratuita, como una manera de promover su arte y su nombre. Esta es la lógica que funciona en toda la casa.
“Esta es una casa de la ciudadanía. Un espacio de cultura para la gente”, explicó Walter Carrillo, administrador de la Casa Eduardo Kingman.

Pintores y escultores pueden presentar sus muestras sin pagar nada. Pero también los artistas nacientes, que han tomado cursos en la Casa, pueden presentar allí su trabajos.

En la casa funciona un museo también. Allí se exponen algunas fotografías de Kingman, de su familia y de obras emblemáticas que él pintó. Los cuadros -explica Carrillo- están en posesión de sus dos hijos y en galerías de diferentes partes del mundo.

Con esas imágenes, distribuidas por toda la casa, más los objetos que quedaron allí como memoria del paso de Kingman por allí, se realizan recorridos con colegios y escuelas. Se les explica el legado que él dejó y cómo su arte fue el precursor de muchos otros artistas, que usaban la pintura como una forma de denuncia social.

Como parte de los proyectos de vinculación social, la Casa también apoya a un grupo de artesanos que realizan diferentes productos, como carteras y agendas y luego los vende en ferias que se realizan en la zona. De esta manera se logra involucrar más a la gente.

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