Los beneficios de la actividad física para la salud son ampliamente conocidos. El sistema inmune, el corazón, los pulmones y el sistema locomotor del cuerpo funcionan mejor cuando las personas mantienen niveles regulares de ejercicio. Pero hoy en día, debido a la pandemia del covid-19, miles de personas deben quedarse en casa y no pueden asistir al gimnasio o salir a correr.

Los largos períodos de inactividad tienen consecuencias, independientemente de si una persona tiene o no la costumbre de hacer ejercicio. Según Adriana Martínez, entrenadora personal, la cuarentena puede hacer que el cerebro se confunda y crea que es hora de descansar. "Generalmente en casa ya dejamos de lado las responsabilidades, nos dedicamos a la familia, a descansar y por eso puede ser complicado que empecemos una actividad física. Incluso adaptarse al trabajo desde casa puede ser un reto para muchas personas", explica.

Períodos de más de dos semanas de inactividad pueden llevar a pérdida de fuerza en los músculos. Según la especialista, mientra más músculo se tenga, se necesitará más actividad para poder mantenerlo. Sin embargo, aclara que el aislamiento domiciliario no implica una pérdida de masa muscular si las personas continúan con cierta actividad en casa.

"Quienes no eran muy activos antes de la cuarentena tal vez no sientan grandes cambios a nivel de fuerza y masa muscular, pero es extremadamente importante que puedan moverse para evitar atrofia en los músculos y huesos", indica. Esto es importante también para las personas de la tercera edad, que deben evitar quedarse sentadas o acostadas por largos períodos de tiempo. Para ellos se recomienda caminar a un ritmo moderado a suave por la casa.

Hay varias formas de activar los músculos en casa. La primera y la más básica es estirar. Por las mañanas y antes de acostarse es necesario estirar los músuclos de las piernas, espalda y brazos para evitar tensiones.

Otra forma de hacerlo es caminar dentro de casa o en el jardín o subir y bajar gradas. La clave está en hacerlo a un ritmo que no sea demasiado lento ni demasiado rápido. Debe ser exigente pero no extenuante. Media hora al día será suficiente.

Las sentadillas, los abdominales y las flexiones no solo ayudan a tonificar los músculos. "Tener una rutina de ejercicio nos relaja y nos da más energía", dice Martínez. Si no se puede realizar ejercicio o si la persona no se siente apta para ello, mantendrá los músculos activos con las actividades diarias del hogar.

"Levantarse, cocinar algo, limpiar y ordenar la casa también son actividades que demandan de cierto esfuerzo. Lo importante es evitar quedarnos en una misma posición por más de dos horas", concluye la entrenadora.