La ‘senior cohousing’ crea comunidades
La ‘senior cohousing’ crea comunidades
Compartir en comunidad es la receta de la ‘senior cohousing’, una iniciativa ideada en Dinamarca y que con el paso de los años se transformó en una tendencia para agrupar a los adultos mayores en Europa y EE.UU.
Se trata de crear comunidades de personas que superan los 65 años de edad, quienes comparten servicios comunes, actividades sociales, recreativas y disfrutan de la vida con sus parejas y amigos.
La idea de vivir rodeado de amigos con quienes cenar todas las noches es mucho más atractiva que pasar los últimos años de vida en una residencia.
El ‘cohousing’ es un proyecto ideado en la década de los años 70 en Dinamarca y que inmediatamente se replicó en Holanda. En un principio, la idea fue albergar a parejas jóvenes para que se ayudasen mutuamente con los niños y las tareas del hogar. Con los años, la idea se hizo muy popular entre los adultos mayores, por los beneficios que alcanzaron en salud.
Numerosos estudios han relacionado a la soledad con la muerte prematura y con problemas de salud, como presión arterial elevada y un bajo rendimiento cognitivo.
En Ecuador, Vilcabamba es un ejemplo emblemático de adultos mayores que viven en comunidad. Su clima benigno, sana alimentación con frutos de la tierra y el agua de los ríos Chamba y Uchima son algunos de los secretos revelados de la larga y saludable vida de sus moradores, que incluso ha despertado el interés internacional para vivir en este cantón lojano.
Para Martha López, directora del hogar geriátrico Plenitud, cuando los adultos mayores encuentran ‘hobbies’ en común con personas de su misma edad, eso les permite desarrollar una mejor autoestima.
“Sirve mucho vivir en comunidad, ya que disfrutan más de la música del recuerdo, de los bailes de antaño y de juegos como el cuarenta, bingo o dominó”, reseña.
Para ella, el éxito de estos proyectos va a la par de un acompañamiento médico técnico, como terapias físicas periódicas y controles alimentarios que permitirá que su esperanza de vida mejore con el pasar de los años.
“Es increíble admirar la expectativa con la que esperan los viajes, celebrar los cumpleaños o dinámicas como la equinoterapia y canoterapia. Hasta madrugan y quieren estrenar trajes nuevos”, explica López.
Cecilia Rodríguez de Paz, quien lidera la Fundación San José desde hace 25 años, añade que la etapa de adaptación durante el primer mes es fundamental para que el adulto mayor acepte un cambio de rutina.
“Cuando se dé cuenta que fue desarrollando horarios para levantarse, asearse, vestirse y alimentarse, se va a notar más incluido en el grupo”, dice.
En Ecuador, de los 17,3 millones de habitantes que existen en el país, el 7% corresponde a las personas que superan los 65 años, es decir, hay un total de 1,2 millones adultos mayores. Según las proyecciones del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), se prevé que en el 2050 esa población bordee los 3,4 millones de personas.
Según Rodríguez de Paz, en ciudades francesas como Lille, Lens o París, los cabildos han tomado políticas enfocadas al adulto mayor, las cuales podrían servir de ejemplo para Ecuador.
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